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martes, 28 de agosto de 2007

... de Myanmar - Birmania- Burma

Un país exótico y desconocido. Sobre todo éso, desconocido. Su peculiar sistema político y las dificultades con el idioma hicieron que los preparativos no diesen mucho juego. Por eso contratamos un viaje semiorganizado, con viajes Tuareg. Una combinación de traslados/hoteles organizados y días libres que nos diesen algo de espacio para movernos por nuestra cuenta en momentos concretos.
Fuente mapa: http://inigoortizdeguzman.files.wordpress.com/2010/02/birmania_map.gif


Tengo que decir que he vuelto con el corazón partido en sentimientos. Entre la alegría de su gente a pesar de ser inmensamente pobres (que no hambre) en un país inmensamente rico. Entre la precariedad laboral muchas veces por motivos religiosos. Entre el servilismo exagerado con los turistas y el clasismo jerárquico entre ellos. Entre la vida monacal (lo más parecido a períodos vacacionales) y su revuelta azafrán apenas un mes después de nuestra vuelta.


En Myanmar el tiempo estaba parado y estoy segura que nadie volverá a verla como la vimos nosotras. Por poco que se haya abierto ya será un cambio radical.


El plan de  viaje era:

  • 17 junio: vuelo casa- Madrid- Doha- Yangon
  • 19 junio: Yangon- Mandalay
  • 20-21 junio: Mandalay-  Amapura- Ava
  • 22 junio: Mandalay- Bagan
  • 23-24 junio: Bagan
  • 25 junio: Bagan- Monte Popa- Kalaw
  • 26 junio: Kalaw- Pindaya
  • 27 Junio: Trekking a Yatzakyi
  • 28 junio: Yatzakyi- Pindaya- Inle
  • 29-30 Junio: Lago Inle
  • 1 Julio: regreso a Yangon
  • 2-3 julio: yangon – Doha- Madrid – casa

Como ya dije, los vuelos, hoteles y traslados entre ciudades estaban organizados por Viajes Tuareg. Éstos gastos ascendieron a 1.890€. Además es necesario presentar un visado que nos tramitó la agencia por 25$ (dólares americanos). Los demás gastos de comidas, entradas, propinas, etc correrían por nuestra cuenta.

La divisa que más se usa es el dólar americano, aunque el euro también les gusta. No había bancos, por lo que no necesitábamos las tarjetas de crédito. Tuvimos que llevar todo el dinero en efectivo desde España. Además, todos los billetes deben estar perfectamente nuevos, ni dobladuras ni manchas porque no los aceptarán. Deben ser inmaculados como recién salidos de la fábrica de la moneda. Insisto en este detalle porque nos resultó un problema a lo largo de nuestro viaje. Teníamos dinero que no nos valía.

17 Junio

El vuelo de Iberia hacia Madrid sale a las 6:45 a.m. Llegamos en hora a Barajas y después del cambio de terminal cogemos el avión de Air Qatar hacia Doha a las 11:25 a.m. Debo decir que nunca jamás en mi vida he volado en un avión tan bueno. La clase turista parecía de primera: asientos de cuero, espacio suficiente para las piernas, la comida, las pantallas individuales … lo recuerdo con nostalgia, jaja. Ese vuelo duró unas 9h aprox. Teníamos un tránsito de 2horas en Doha y cogimos el siguiente avión (un avión normal) a las 21h con destino Yangon. Este segundo vuelo duró unas 9 horas.

18 y 19 Junio

Yangon

Cansadísimas llegamos a Yangon y allí en el aeropuerto nos espera Ao, nuestro guía local que habla español (el único de todo el recorrido). El primer trámite que hacemos es pagar 20$ inmaculados cada una para poder entrar en el país. No contábamos con esta tasa…

Nos trasladan en monovolumen hasta nuestro hotel en la capital, el Hotel Panorama (294- 300 Pasodan st). Ya tenemos nuestra primera impresión de Yangon, la maquinaria es escasa y la mayoría de las cosas se hace a mano (repito, a mano). Por ejemplo, rellenaban los baches de las pocas carreteras asfaltadas a mano, colocando ordenadas las piedras del asfalto caliente y dándole con mazos para asentarlo (lo que aquí  se hace con apisonadoras).

El hotel huele a humedad. De hecho hace tanto calor húmedo que siempre estás sudando, incluso bajo la ducha. Pero Yangon nos espera y no hay tiempo que perder, así que Ao nos lleva por la ciudad.

* Templo de Chauk Htat kyi, es como un cobertizo- pabellón y dentro tiene un buda inmenso recostado de 60 metros de largo.


* Kandawgyi: vamos al parque y al lago donde han construido una réplica de un barco real imperial  recientemente para poner un restaurante.



* Shwedagon. Este complejo religioso además de ser impresionante, está bien cuidado. Dicen que acumula 53 Tm de oro sobre su estupa. La entrada cuesta 5$. Hay que acceder al recinto siempre descalzos y se anda alrededor de la estupa (en el sentido de las agujas del reloj), ya que no está permitido entrar al interior donde están las reliquias. Ahí podemos tocar la campana para pedir deseos,  y hacerle ofrendas a tu signo según el día de nacimiento (el mío es el elefante con la trompa levantada) en forma de flores y arrojando agua sobre él. Es una cultura muy mística donde piden muchos deseos y hacen ofrendas. Además apenas hay turistas, sólo encontramos otro grupo de 3 personas en ese recinto además de nosotras. El complejo tiene más de 30 lugares de interés dentro del recinto, entre templos, estatuas, estupas, salas o terrazas.







* Callejear: El resto de la capital tiene algunos edificios coloniales con parques y árboles. Fue colonia británica y la forma básica de la ciudad la conserva de esa época, aunque todo está bastante deteriorado. Contrasta con el resto de casas en el país, que son pequeñas cabañas de madera o materiales trenzados. Los mercados callejeros son muy interesantes aunque ojo con lo que coméis, la diarrea está casi asegurada por muchas medidas de precaución que se tomen, sólo que será menos grave.


* Stran hotel y otros edificios coloniales. Un gran hotel colonial al que nos dejaron acceder porque éramos extranjeras… Personalmente esas cosas no me gustan así que no estuvimos demasiado tiempo dentro. Destacar también  por su arquitectura el edificio del Ayuntamiento o el del Tribunal Supremo.

* Pagoda Sule: Está en el centro de la ciudad, y aunque parece nueva porque continuamente la están restaurando (pintando, cubriendo de pan de oro) tiene más de 2000 años.

* Museo gemológico, nuestro guía no sabía de su existencia y nos cobraron 5$ por entrar. No está bien distribuido ni iluminado pero las piezas son impresionantes. Myanmar tiene piedras únicas en el mundo de gran valor: los rubís, zafiros y espinelas estrella, los crisoberilos… y antes de llegar al museo que está en la última planta de un edificio acorazado pasas por otros pisos llenos de tiendecitas donde lo que venden está autentificado (cosa que puede no pasar en los mercadillos o espontáneos a lo largo del país).

* Bogyoke Aung San market: como su nombre indica, el lugar por excelencia donde hacer compras. Desde ropa a joyas a productos tradicionales, en este lugar encontraréis cosas muy interesantes. Se puede regatear, aunque no suelen bajar más de un 20%.

Lo que me gustaría destacar de esta gente es su gran amabilidad y ganas de hacerse entender, por lo que aunque no hablemos nada parecido o no entendamos su alfabeto nunca hemos tenido dificultades en entendernos en todo el país.  Siempre están sonriendo.

Mandalay y alrededores

 Por la tarde del 19 de junio cogemos un vuelo doméstico desde el aeropuerto nacional de Yangon hacia Mandalay (interesante  la gran diferencia de la terminal nacional a la internacional), la compañía con la que volamos es Air Mandalay.

Una vez en Mandalay nos trasladan al hotel Silver Star hotel (Corner 27th St & 83th) y ahí hicimos nuestro primer cambio de moneda a kyat (dividido en 100 pyas) su moneda oficial. Coincidimos con otras españolas con las que nos vamos a cenar  en una… en un lugar cerca del hotel. Las cartas para los turistas están en inglés aunque por lo general la gente no lo habla. Fue una constante durante el viaje: comer noodles, arroz, ensaladas frescas y verduras en diferentes curries. Los sitios no suelen ser acogedores, pero todo estaba buenísimo. Normalmente te ponen arroz y curries, que no son más que diferentes salsas que le añades al arroz: picantes, menos picantes con carne o verduritas y muchas veces de cuencos que vienen de la mesa de al lado… ¿cómo va a soportar éso nuestros “delicados” estómagos?


20 de Junio



Hoy es día de visitas guiadas. Nuestra guía (no me acuerdo de su nombre) sólo habla en inglés. Ella nos lleva en diferentes medios de transporte: en camioneta, en lancha, en carreta de caballos, a pie… muy variado y muy autóctono. Pagamos una entrada conjunta de 10$ para el palacio y ciudad amurallada (Amarapura, Innwa, Pinya, Palaik). Cada sitio que cubre la entrada, le ponían un sello por la parte posterior.

* Pagoda Maha Muni: multitud de gente reza a su estatua de 4m de alto (es de las que tiene más devotos), deformada por la cantidad de oro que van depositando como ofrendas. Hay una sala con unas grandes y antiguas figuras de bronce que le achacan propiedades curativas, por eso están decoloradas de tanto tocarlas.


* Pagoda Kyauktawgyi pagoda: con un gran buda hecho de un bloque de mármol.

* Monasterio Shweinbin, de madera y soportando el paso del tiempo

* Cantería y fábrica de pan de oro, tiendas para turista: nos llevan a talleres populares donde hacen todo el trabajo a mano… cuánto trabajo se podían ahorrar con simples artilugios cono poleas o prensas que no tienen por qué ser automáticas… también nos llevó a una tienda de marionetas y ahí hice la gran compra- sablazo, de mi marioneta de 100€ y 20$. El ver como negociamos el precio y el cuidado con que la empaquetaron es uno de los mejores recuerdos que guardo de Mandalay… pero el peso que tuve que cargar el resto del viaje también ha sido digno de recordar.

Amarapura

* Monasterio de Mahagandayron. Ahí tenemos nuestras primeras impresiones de la vida monacal. Según parece, hay monjes que son monjes siempre y hay monjes por temporadas; para éstos ir a un monasterio es como ir de vacaciones. Suelen ir al menos una vez en la vida (los hombres sobre todo) aunque los más afortunados van todos los años unas semanas. La gente les da comida, por eso van con unos recipientes a modo de fiambrera recorriendo los caminos. A la hora de la comida se ponen en fila y reparten la comida que se ha hecho para ellos y la que han recogido. Si sobra algo, le dan a la gente más pobre que esperan a las puertas del comedor….


* Puente de U Bein: es un puente de madera de teka, dicen que el más largo del mundo. Nos acompañan todo el paseo como es costumbre mujeres o niñas que quieren vender artesanía. Se repitió durante todo el viaje, gente que te rodea y te sigue un buen rato para que compres algo.




Ava


*Ava, antigua capital. Cada vez que cambiaban de rey habíamuchas posibilidades que cambiara de lugar la capital. Es una isla entre los ríos Ayerya waddy y Myitge, así que llegamos hasta allí en una lancha a motor y desde el muelle nos llevan en una carreta-taxi de caballos al Monasterio de Bargayar y al monasterio de Okkyaung. Hay monasterios hechos en madera de teka, con tallas impresionantes y en mal estado de conservación. Uno de los que visitamos lo usan como una escuela- guardería. Poco importa si atienden o no, son tan buenos y obedientes que los niños solo sonríen cuando ven que tres desconocidos entran por la puerta… está claro que aquí la atracción somos nosotras. Hay otros monasterios hechos de piedra y cubiertos de adobe. En general el estado de conservación es malo, pero sólo por el paso del tiempo, no porque lo hayan maltratado.





* Antiguo palacio real del que sólo se conserva una torre: la torre de Inwa. Es de madera y está medio inclinada. Yo no me atrevo a subir y me quedo haciendo fotos. Los aldeanos empiezan a interesarse por el turismo, y vienen a junto nuestra a ofrecernos artesanía de jade (nefrita) y piezas “antiguas” que encontraron excavando o incluso rubís… ni que decir tiene, que son imitaciones, no piezas arqueológicas y respecto a las piedras lo más seguro es que sean espinelas o cualquier otra piedra de poca calidad (ahora incluso vidrios) y no rubís.





 21 de Junio
Mingún

Hoy tenemos día libre y vamos a ir a Mingún. Se va en barco (queda a 11 km arriba por el río Ayeyar Waddy) y para llegar hasta el muelle cogemos un triciclo taxi-bici. Me dio cosa que un chico más delgado que yo, nos llevase a 2 personas en una bicicleta, pero viendo cómo pedaleaba me quedó claro que no éramos de la gente más pesada que ha transportado. De hecho, nos estaba esperando en el muelle cuando volvimos a la tarde.

En Mingún hay 2 cosas que ver, la entrada para ambas es de 3$:




* Pagoda colosal inacabada: los aires de grandeza de un rey cruel al que no le llegó una vida para poder verla terminada. Hay que subir descalzo, y con el sol y el ladrillo yo no fui capaz de llegar hasta la zona más alta, tenía los pies abrasados.




* Templo de Tilawkagura: El templo es blanco inmaculado rodeada de escaleras en forma de ondas. Lo que más nos llama la atención es el silencio que hay en los sitios y los pocos turistas como nosotros merodeando por ahí. Hay que entrar siempre descalzo en las zonas sagradas. Hay una campana que pone que es la más grande del mundo… no sé si es la más grande pero desde luego es la más grande que yo he visto. 




Por la tarde volvemos a Mandalay. Fue la última capital antes de la retirada de los ingleses.

* La ciudad- palacio, que contiene en la actualidad una réplica del palacio real (en metal) que fue destruido en la 2ª guerra mundial. De todo el palacio original de madera sólo se conserva una construcción: Shwe Nan Daw Kyaung: se salvó de los bombardeos porque se trasladó años antes extramuros para que viviera el hijo del rey.  Hay que decir que el encanto, las tallas y el trabajo de esa casa la hacen simplemente impresionante. Actualmente está siendo usado como monasterio (Shewenandaw) y como el resto de monumentos del país está descuidado por el paso del tiempo.




 *Pagoda Kuthodaw: a 300m del Mandalay Hill, es considerado como el “libro más grande del mundo” ya que las escrituras budistas están en losas de piedra protegidos cada uno por pequeños santuarios.

* Después vamos hasta Mandalay Hill,  Nos queda claro que cada montaña natural ponen un templo, al que se llega por una caminata media de 400 escalones. Subimos cientos de escalones para llegar al mirador, desde los 2 leones que guardan la escalera sur. Hay que subir descalzos y a los lados de las escaleras hay multitud de puestos de artesanía, pequeños templos y mucha gente… Cuando por fin llegamos arriba vemos la puesta de sol sobre Mandalay, pero nos cobraban por sacar fotos desde la terraza y como no llevamos cartera tomamos las fotos desde la parada anterior. Agotadas entre el calor y las grandes caminatas llegamos al hotel donde dormimos como lirones.


22 de Junio

Como fue después una costumbre, no sabíamos quién o cómo seguiríamos el viaje hasta el último momento. Para nuestro gusto nos sentimos abandonadas por la agencia en cuanto a información. El día de llegada nos dejaban en el hotel y según el planing esperábamos que alguien nos recogiese el día esperado… ése día igual, estuvimos esperando en el hall del hotel hasta que un conductor con una semifurgoneta que no hablaba ni inglés ni por supuesto español nos llevó hasta Bagan por carretera, cuando esperábamos el viaje en ferry. Un trayecto de 7 horas dando tumbos por carreteras medio asfaltadas o de tierra batida. Pudimos ver como es la vida cotidiana de los birmanos, como cuidan sus campos y como son sus casas tradicionales…

Llegamos a Bagan y nos alojamos en el hotel Thante Nyaung U. Un hotel que tenía incluso piscina, que había que compartir con los mosquitos gigantes de la ciudad… No pasamos demasiado tiempo en él, pero fue uno de los más correctos en los que nos alojamos.

23 y 24 de Junio

Bagan

Bagan es simplemente maravillosa. Es lo que más me gustó de Myanmar. La mejor forma de recorrer sus 40 km cuadrados es en bicicleta. Las alquilamos en el hotel por los días que nos alojaríamos aquí. Las bicis son antiguas, por supuesto sin amortiguación y de una talla diferente a la tuya, pero cumplieron perfectamente su función. Nos costaron 1000k cada una por cada día.



Pagamos una entrada/ derechos de entrada de 10$ una sola vez. Se puede pagar en el hotel donde os alojáis o a veces en el aeropuerto. Es bueno llevarla encima por si os la piden en cualquier momento.

Bagan fue también capital del país y actualmente son cientos de pagodas y templos, pequeños y grandes que se fueron construyendo a lo largo de los siglos en una gran explanada. Parece un sitio silencioso y abandonado, como místico pero en cuanto te paras en una pagoda que crees sin nadie aparece de la nada una familia que vive en ella y te pide dinero o un presente para poder entrar. Por supuesto no se puede entrar en todas, hay demasiadas y las hay que no llaman la atención al lado de sus vecinas, así que estos 2 días los dedicamos a ir con calma por los caminos y a visitar las más famosas o las que prefieras. Sólo tienes que mirar al horizonte, elegir una y dirigirte a ella.



De todos modos, los más aconsejados e indispensables son la pagoda de Shwezigon, la de Myazedi, los templos de Ananda, el de Htilominlo, el de Gubyaukgyi, el de Manuha y el monasterio de Nathtaukkyaung. También es importante ir a ver la puesta de sol al templo de Mingalarzadi o en la Sunshet: en esta pagoda nos juntamos todos los turistas que había ese día en la ciudad y no llegábamos a los 30… todo un lujo. Las diferenciaréis por la cantidad de gente vendiendo souvenirs que habrá a su alrededor.

25 y 26 de Junio

Kalaw y Pindaya

Una vez más esperamos tener noticias del tour operador en el hall del hotel. Llegó otro conductor en una monovolumen (que por supuesto no habla ningún idioma conocido) y nos llevó todo el día por carreteras de tierra batida con mil baches. El trayecto fue una tortura, sobre todo por los tumbos y el  mareo a pesar del cuidado que intentó poner el conductor.

* Monte Popa: nada más bajar del coche un par de monos nos robaron literalmente la bolsa de la comida. Esta montaña sagrada (también la llaman la morada de los espíritus) tiene 777 escalones hasta arriba. Unas bonitas vistas en un ascenso “peligroso” por los monos que te miran y atacan para conseguir algo (incluso nos sacaron una chancleta). Antaño fue lugar de coronación de reyes y en la actualidad es un importante lugar de culto de los “Nats”.



* Kalaw: está situada en la zona de las montañas, al norte del país. Aquí la temperatura empieza a ser razonablemente llevadera, pero también llueve con frecuencia; aquí empieza la Birmania actual, la que vive al día y no es turística. Nos alojamos en el Dream Villa por una noche. Por la mañana visitamos el mercado. Gente de muchas zonas con sus trajes típicos hacían las compras. Compramos artesanías y alguna antigüedad, y nos animamos con algo de comida… el mal ya estaba hecho, así que sólo continuaríamos con el problema si nos sentara mal. A pesar de la lluvia nos quedamos con momentos/fotos interesantes.



* Pindaya: más conducción difícil para llegar hasta aquí. Aquí se pueden ver las cuevas naturales en la montaña, que han llenado de altares y de budas. A los turistas les cobran 3$ por entrar y tengo que decir que para mí, en este sitio no merece la pena pagarlos. Nos alojamos en el hotel Conqueror  (Singaung Ward) por una noche.

27 y 28 de Junio

Yatzakyi Trek en Pindaya

Bueno, ésta iba a ser la parte divertida del viaje, con un trekking por las montañas y pernoctación en un monasterio de Yatzakyi; yo estaba malísima de la diarrea de viajero por lo que el paseo para mí fue una tortura. Nos acompañaron 3 personas (que no hablaban ningún idioma conocido) y me esperaban cada vez que me quedaba atrás, pero reconozco que no guardo un buen recuerdo de 2 esos días. Tardamos unas 7 horas llegar al monasterio, previa parada en varios poblados en la montaña (que vida más dura llevan alguna gente en el mundo) y en una casa donde comimos y mi cocacola costo 4$... ya que no estaba incluida en el precio del trekking (y les pareció mal que no les dejáramos propina). El monasterio… a ver: nos recibió el monje jefe y nos ofreció te. Estuve lenta y fui la última en escoger un vaso, que no había visto jabón en el último año. El borde del vaso estaba lleno de pegotes de paan (hoja típica que mastican de color rojo). Hay que beberse el té por educación, así que tuve que girar el vaso hasta encontrar el sitio con menos pegotes y beber de un golpe el te hirviendo… si eso no acaba conmigo, acabaría con la diarrea seguro.




La noche no la pasamos en el monasterio sino en el recinto del monasterio. Hicieron como una casa contigua y allí dormimos. Tengo que reconocer que me costó escoger colchón para dormir, me envolví en mi sábana (traída desde España) y casi consigo no tocar nada del colchón ni edredón por la noche. Aún así me levanté con unas 50 picaduras de algo.  El baño eran letrinas sin luz y un pilón lleno de agua así que no me avergüenza decir que sólo me lavé la cara esa mañana.

El camino de vuelta a Pindaya nos llevó unas 3 horas, y un buen trozo del camino estuvimos acompañados de un grupo de niños y niñas que iban a la escuela (y nosotras éramos la atracción). Nos estaba esperando una monovolumen para llevarnos hasta el lago Inle.

29 y  30 de Junio

Lago Inle

Nos alojamos en el Amazing Nyaung Shew Hotel  (Yone Gyi St). El hotel estaba nuevo y las habitaciones bien limpias y con televisión por satélite.

Pagamos una entrada de 3$ por estar en la zona del lago los 2 días

El lago Inle es la gran huerta de Myanmar.  Han conseguido hacer  islas a partir de unas algas que crecen en el lago, sobre ellas han echado tierra y así pueden cultivar muchas hortalizas que abastecen a gran parte del país.  Además, es característica la forma única de remar con la ayuda de los pies.

















 

A partir de las islas flotantes han ido creciendo las poblaciones, haciendo casas, monasterios, colegios y hoteles dentro del lago (aunque éstos están pivotantes sobre madera), una herrería, fábricas de jade, fábricas de cigarrillos o casas de mujeres jirafa, a las que os llevarán para que compréis y activéis la economía local. Ni que decir tiene que el sitio huele fuerte, a agua estancada y no depurada y hay bastantes mosquitos y demás fauna birmana.


Para visitar la zona se puede ir en barco desde  Yaunghe (para llegar a algunos sitios es imprescindible), también alquilamos bicicletas para recorrer los poblados que están a orillas del lago y por supuesto a pie para recorrer los mercados locales o zonas cercanas.







La semana que estuvimos en el Lago Inle, coincidió con la época de exámenes de los monjes, por lo que estaba completamente lleno túnicas rojas que venían de todo el país.






Al lado del hotel había un cibercafé donde por despiste me dejé mi “pocket rojo” el maldito. Gracias que no me di cuenta hasta que pasé por delante al día siguiente y su muy amabilisímo dueño me preguntó si no echaba algo de menos (si no me hubiese dado un paro cardíaco)… Mi pasaporte, mis billetes de avión de vuelta a España y todo mi dinero estaban allí dentro. Sin embajada en el país, cómo hubiese salido de allí es un misterio. Desde entonces viajo siempre con la documentación repartida, con copias en el correo electrónico para poder imprimirlas desde cualquier ordenador, con dinero disperso por varios sitios y  también con el uso de una tobillera (con un bolsillo donde me cabe el pasaporte y algo de dinero) y queda disimulado por el pantalón. Desde luego recuperar todo intacto sólo podía pasar en Myanmar, estoy segura que en cualquier otro país no me lo hubiesen devuelto.

Hay un templo, donde unos monjes hacen saltar a unos esqueléticos gatos a cambio de un poco de comida. Ni que decir tiene que nosotros no tuvimos elección y aparecimos allí, pero desde luego no merece la pena y sólo lo hacen para hacer ingresos.

* Nyaungshwe: tiene un museo que no visitamos y un templo Yadana Mann Aung  de madera y con ventanas ovaladas.

1 Julio

Nos recogen a media mañana para llevarnos hasta Heho, en donde se encuentra la pista- aeropuerto para volver a Yangon. La compañía que nos lleva es Yangon Airlines, un avión  de doble hélice en un vuelo de 2 horas. Pero nos dan un vaso de refresco y una magdalena gigante que estaba realmente buena. Llegamos a Yangon  ya casi de noche y no pudimos hacer nada más que esperar en el hotel hasta el día siguiente nos vinieran a buscar.

2 de julio

Nos recogen en el hotel para llevarnos al aeropuerto internacional. Nuestro vuelo internacional sale a las 8:30 a.m. y haremos escala en Doha y en Madrid antes de llegar a nuestro destino. El 3 de julio ya estamos de vuelta en casa.

Si quieres más CONSEJOS ÚTILES para vuestro viaje, pincha aquí.

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